Cocinero:
Me llamo Ramón Suarez. Vivo en Martínez y viajo cuarenta minutos para venir al centro para trabajar. Mi trabajo es de cocinero.
Debo despertarme todos los días las ocho de la mañana y llegar al restaurant antes de las diez. Trabajo hasta las cuatro y vuelvo a mi casa, pero después de dormir un par de horas debo volver, para estar nuevamente en mi lugar de trabajo antes de las siete de la tarde. Mi día finaliza volviendo a casa cuando cierre el restaurant, que recién puede cerrar hasta las tres de la mañana. Siempre los horarios son así.
Nuestra vida es más agitada de lo que parece. Debemos estar en la cocina que es un lugar muy caluroso, cumpliendo cada paso correctamente al cocinar, no hay que distraerse si no puedes hasta perder un dedo en el proceso o algo peor. Yo muchas veces he sufrido innumerables quemaduras y muchos cortes. El estrés incrementa cuando hay muchas personas en el restaurant y más aún con el poco descanso que tenemos. Trabajamos todos los días y quizás un día solo tendremos de descanso, las vacaciones son aún más complicadas y también los feriados, los que consumen en el restaurant descansan, nosotros tenemos que reclamar por este descanso. A veces me ha pasado en estar en mi respectiva semana de vacaciones y me llaman para que vaya a trabajar, algunos de mis compañeros de trabajo por alguna razón no van, en ocasiones si son justificadas, y no alcanzan las manos para tanto trabajo.
Si no fuera por el hecho de que me guste este oficio, desde mi adolescencia que me dedico a esto, quizás ya lo hubiese dejado por el cansancio y el poco tiempo libre que me queda, sin olvidar el hecho de tener dinero para mantener a mi familia.
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