“Una Botella no es una Botella”
"Una botella es un recipiente. Es lo que contiene. Es una botella de cerveza, ancho, con hielo. Es una botella de vino, alcohólica, sobre la madera de la mesa de un bar de cuarta, mástil del que se aferra un borracho. Es una botella de ginebra. Es una botella de agua para reponernos de algo. Pero es de agua. Es el agua que tiene. Lo que sobró de una división, de cuando se dividieron las personas. Una botella es el lugar en el que está. Por ejemplo, en la alfombra, volcado, adormecido por los efectos de la fiesta. También es un edecán que hace guardia, parado en la mesita de luz; junto al enfermo. Y tirado al aire libre es una barbaridad de gente desaprensiva con el cuidado de los espacios públicos. Una botella es un recuerdo de otras botellas, de otro juego. Es una botellita descartable de color resignado. Es una botella alta, transpirando frescura publicitaria de deseos paradisíacos. Con el borde cascado es un peligro, una incitación al suicidio. Es el cristal que lo hace fino o el plástico que lo abarata. Una botella nunca es una botella. Es la palabra botella, sus letras, su sonido. Es una voz que dijo «botella», alguna vez...., y lo sigue diciendo en cada botella. Hasta puede ser la prueba de cuántas personas se reunieron allí, esa fatídica noche. O nada. ¿Botella? ¿Qué botella?.... Una botella nunca es una botella. Y esto se puede comprobar haciendo el intento de encontrarse con exactamente una botella y nada más que una botella. Tampoco será una botella. Será un misterio."
Ey, no alcanza con reemplazar vaso por botella. Pierde el sentido. Elegí botella u otra palabra. Y dale más vueltas, mirala de varios lados. Cualquier cosa, consultame.
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